La basura de unos, el tesoro de otros

18:34:00




Hace unos años leí de una bloguera, su propia experiencia sobre el "Dumpster diving" y recuerdo que la misma había sido muy interesante pero me había llamado más la atención que había sido en Dinamarca. Al buscar el post de nuevo (Me pareció que era de Aniko - Viajando por Ahí ) no lo encontré sin embargo algunas personas que contacté en Copenhague me confirmaron que "bucear en la basura" (traducción literal del Dumpster Diving) se había instalado entre los viajeros que llegan al país y les cuesta conseguir trabajo. El problema es que esta actividad levanta bastante polémica y a raiz de eso surgió otras ramas más amenas de esta actividad colectiva y que trata, en el fondo, de generar la menor cantidad de desperdicios posibles en alimentos.

Bien, como mi caso coincidía con el de "viajero sin plata" o para ser sincero "viajero con la plata justa"  y Dinamarca no es un destino donde el dinero ahorrado rinda varias semanas, estas actividades me generaron mucha curiosidad. así fue que se dio la ocasión perfecta pero antes de empezar me dediqué un tiempo a averiguar de qué se trataban.


Dumpster Diving

Se basa simplemente en revolver basura de los grandes contenedores de los supermercados. Suena como algo que no haríamos a menos que pasemos extrema necesidad, sin embargo en países desarrollados, como en los escandinavos, se suele ver por más que no hayan pobres. Obviamente como es de esperar, el movimiento en estos países genera polémica porque no es legal meterse en la basura de otros pero también hay un punto muy importante a considerar: en estas naciones es donde más se desperdicia comida. Por lo tanto, el debate está abierto: robo o ayuda al planeta?

Es difícil tomar posición en el dumpster diving por esto mismo, se cruzan posturas muy diferentes entre sí que parecen no tener un punto intermedio. Así y todo hay otras opciones menos invasivas que voy a mencionar después de mi propia experiencia. Lo importante antes de empezar es que hay que tener muchas precauciones, por algo los alimentos estan tirados, que no todo es recuperable. Es un riesgo importante a nuestra salud y no es recomendable.

Manos a la obra

En los primeros días como residente danés me alojé en el centro mismo de Copenhague (gracias Flor!) y me puse a recorrer minuciosamente los supermercados que admitían el Dumpster Diving, para ello me ayudé con el siguiente mapa:


MAPA del "Dumpster Diving"

Al parecer habían varios alrededor así que tomé unas bolsas de supermercado, unos guantes viejos y salí por la noche a chequear esos lugares. Para mi decepción, la gran mayoría de los contenedores estaban con candado o directamente se encontraban dentro de "jaulas" así que no había chance de acceder a ellos sin antes pedir permiso. "Me parece perfecto" dije, debe ser para mantener cierto orden y limpieza. Más tarde me enteré que todos la cadena "Netto", la más famosa de Dinamarca, había decidido cerrar los contenedores a cualquier persona ajena por los problemas que le ocasionaba. La noticia resultó un poco decepcionante pero igualmente seguí intentando en otros lugares. Así fue que me topé con un "Superbrugsen" donde tenía los contenedores abiertos, aparentemente disponibles para rescatar comida. Ese día lleve a casa una cantidad enorme de frutas, verduras y pan que llevaban solo UN día de vencidos.

No se imaginan la alegría que tenía por haber rescatado comida que otros habían desechado. Prácticamente estaba todo sellado y podía ser consumido sin problemas, es más, en los bazares de los turcos se veían frutas y verduras en peor estado que en esos contenedores. A los dos días volví a ir pero esta vez lo hice a la luz del día para verificar que los empleados del supermercado no tengan problema al verme ahí. Ingresé por la parte trasera, al lado de un estacionamiento, me dirigí a los contenedores y los empecé a revisar.

No recuerdo exactamente qué pensaba en ese momento aunque sí recuerdo qué tenía mucha curiosidad por saber qué pensaban los del supermercado. Cuando ingresé por la parte del estacionamiento vi que una de las empleadas estaba fumando, lejos de los contenedores y cerca de la puerta trasera. Entonces, para llamar un poco la atención empecé a hacer ruido al abrir y cerrar los contenedores, total no iba a rescatar comida porque no había nada nuevo. A los segundos de haber comenzado se acercó la chica con notable mal humor y me dijo cordialmente: "acá no está permitido hacer esto". Obviamente era de esperar su respuesta y yo intenté ir un poco más allá, ¿Se permitía a alguna hora de la noche? ¿Se podía avisar a alguien antes de que tiren el pan a la basura? ¿Se donaba algo? pero las respuestas eran cada vez más tajantes: "No".

Obviamente no volví a aparecer por ese lugar. A la semana tuve que mudarme a mi casa definitiva y ya con bicicleta disponible salí a recorrer los supermercados del barrio. De los visitados, solo dos ofrecían la posibilidad de ver sus contenedores, de la cadena Rema1000 y Fakta. Así que todas las semanas ellos fueron los lugares de "compras" y como casi siempre había comida de sobra, se compartía con los otros habitantes de la casa. En realidad el dumpster diving no duró todas las semanas porque el foodsharing apareció para reemplazarlo prontamente.


Foodsharing

Este término significa "reparto de comida", o algo así y como se puede deducir de las palabras (no se lee "basura") es un movimiento más amigable para los supermercados y para los recolectores. Por ahora, es la solución al problema del Dumpster Diving y para explicarlo en pocas palabras, el foodsharing es el movimiento de voluntariado en el que intervienen 3 partes: el donante (o sea los supermercados), el voluntario y luego el beneficiario que puede ser cualquier persona.




A los pocos días de llegar a Copenhagen me acerqué al grupo de "Foodsharing Copenhague" para participar como voluntario y rescatar mucha comida que tenía como destino el contenedor de basura. Así fue como recolecté pan casero de una panadería boutique, ayudé en la organización de los eventos y por supuesto llevé muchas bolsas llenas de verdura para compartir en casa. Puedo afirmar que la experiencia fue de las mejores que tuve en Dinamarca, no solo porque está bueno hacer un pequeño aporte al planeta sino también conocer personas que comparten una filosofía más naturista, menos consumista... más sana.





Second hand shops




Saliendo del rubro de la comida tenemos LA estrella en el mundo del reciclaje: el second hand shop. Allí podemos encontrar ropa, zapatillas, bijouterie y hasta alguna que otra sorpresa.

Las tiendas de "segunda mano" de Dinamarca tienen alguna similitud con las "ferias americanas" de Argentina, con la diferencia que las prendas están en excelente estado y son de primera calidad. En el país no abundan en las zonas comerciales, salvo en los barrios bohemios de moda. Lo que en la vida cotidiana puede pasar inadvertido, en el mundo viajero representan todo el consumismo que nos podemos permitir sin restricciones. En Nueva Zelanda las más conocidas son las "salvation army", "red cross" y otras asociadas a iglesias evangelistas, en el caso de Copenhague también están las mencionadas y además otras más estilo boutique (Wasteland, etc). Lo cierto es que en todas ellas hay ropa de calidad por un precio muy conveniente por lo que ir a comprar lo último de la moda se convierte en algo supérfluo y hasta innecesario. Bueno, en realidad seguir a la moda cuando uno está viajando no es conveniente por lo tanto siempre va a formar parte de lo "innecesario".

Mapa de algunos locales de segunda mano:






Algo más para reciclar? En Dinamarca si!

Una de las claves por las cuales no vemos botellas tiradas en las calles de Copenhagen es por lo siguiente: En Suecia como en Dinamarca existe una compensación por devolver latas de cerveza, botellas de plástico y alguna botella de vidrio. No todas obviamente, solo las que tienen un sello indicando que son retornables. En realidad cuando uno compra la bebida, el precio del envase "retornable" no está incluido por lo que hay que abonarlo aparte, la clave ahorrativa es encontrar botellas de plástico en la calle y canjearlas en los supermercados.

El sistema es igual en todos los supermercados (adheridos), uno se acerca a una máquina de botellas retornables (igual a las que encontramos en Argentina) y vamos ingresando las botellas una por una. Un laser lee el sticker correspondiente y marca en la pantalla el precio de esa botella, a veces vale 1 corona (1KR), otras 1.50, 2 y hasta 3KR. Cuando terminamos, presionamos sobre el boton verde y voila! obtenemos un ticket de descuento para ese mismo supermercado.

Otra solución más para pensar en el planeta y además ahorrar en modo viajero.








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